domingo, 3 de noviembre de 2013

Infancia, la edad sagrada

La protección de la infancia es un tema de ciudadanía, es decir, de preservación de la humanidad de nuestra especie.
Evânia Reichert

"Todas las personas sobre la Tierra están en condiciones de aprender que hay otros caminos además de la educación autoritaria. Creo que la humanidad sería más pacífica si no obligáramos a los niños a realizar determinadas tareas sino que los incorporáramos a las decisiones y los dejáramos crecer prioritariamente con decisiones propias. Una cierta disciplina es necesaria y eso es posible en la medida en que la prohibición viene acompañada de explicaciones sencillas".
Reich, 2006: 107.

Para la mamás y los papás que a veces me piden consejos su lecturas útiles a nuestro crecimiento como madres y padres entregados a la tarea de ser buenos cuidadores (o suficientemente buenos, como explicaba Donald Winnicot, pediatra y psicoanalista infantil - ¡para una definición más realista y menos idealizada! -, cuando se refería al cuidador capaz de ponerse en el lugar del bebé, de brindarle amor y cuidados y de atender a sus necesidades físicas y emocionales, en la medida en que lo sostiene en sus brazos como en su mente).
Aquí un "assaggio" de un libro precioso para madres, padres, abuelos, maestras, educadores, ciudadanos entregados en la educación de nuestros niños y niñas.
Para ayudarnos a entender lo que llevamos en nuestra mochila (nuestra experiencia, nuestra infancia, nuestro camino a veces difícil y contradictorio hacía la madurez) y como influye en nuestra manera de ser madres y padres; como reconocer y entonces evitar de repetir patrones que no nos ayudaron a ser adultos equilibrados.
Para ayudarnos a confiar en nuestros niños y niñas, en su capacidad de autoregularse, y en nosotras mismas, en nuestro instinto, en nuestra sabiduría.
Para no delegar la educación de nuestros peques, para salirnos de consejos, manuales o recetas generalmente superficiales y generalizadas.

¡Os lo aconsejo de todo corazón!